Es una pena que las noches sean tan cortas. Es el gran momento en el que compartir nuestros más profundos secretos. Decir aquellas cosas que solo a un amig@ se le pueden contar.
Y las noches de quedan cortas cuando las charlas son largas.
Largas noches que solo podrán disfrutar estos días de albergue. Compartiendo, conviviendo.
Y como toda convivencia precisa de momentos de debate, de reflexión, de equivocarse y de pedir perdón. Seguimos aprendiendo cada minuto de esta vivencia a pesar de no estar cerca del colegio, ese colegio que parece olvidado en estos días.
El juego nocturno en búsqueda de Alicuéncanos alimenta nuestra fantasía y potencia la inocencia, ese tesoro que se pierde con la madurez.
La noche ha sido tranquila por agotamiento. La fatiga se hace notar al despertar. Algunos gallos no han cumplido su función de despertadores.
Un pálido color tiñe las montañas nevadas. El día se presenta inquietantemente caluroso. Pronto comenzará la ruta, ese gran reto.
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jueves, 9 de marzo de 2017
¿POR QUÉ AMANECE?
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