La sombra de la noche es alargada y las intensas experiencias vividas hacen que estemos cansados en cuerpo pero enriquecidos en alma.
Se acerca el tercer momento de un viaje. Primero lo preparamos, después lo disfrutamos y por último lo compartiremos con los seres más queridos.
Gracias a todos los que hacen posible y facilitan nuestro trabajo.
A las familias que entienden lo que hacemos y el esfuerzo que ello requiere. Por hacer un esfuerzo para que sus hijos puedan disfrutar de esta experiencia, estad tranquilos, merece mucho la pena. Gracias por creer y confiar en nosotros. Y gracias por hacer posible una educación en la que creemos, aprender viviendo, viviendo intensamente.
Gracias a los que no saben reconocer todo lo anterior, por hacernos más fuertes y mejorar en nuestro día a día.
Gracias a Esther y Nabil, maestros de la naturaleza en la naturaleza. Por enseñarnos tantas y tantas cosas. Por los buenos momentos vividos. Por hacernos sentir unos más dentro de su labor.
Gracias a las largas horas en los bares descargando fotografías para hacer un vídeo inolvidable. Y gracias a Lucía por ser fiel a la realidad, será una gran periodista en el futuro.
GRACIAS a mis compañeros. Sin su labor, sus charlas, sus ratos, sus cafés... esta historia sería de mentira. Gracias a ellos, esta historia es un cuento con un final increíble.
GRACIAS a los verdaderos protagonistas de este cuento. Por aprender y emocionarte de verdad. Por dejarnos venir con vosotros a disfrutar de esta aventura. Por hacer que cada mañana no parezca un trabajo sino una oportunidad.
Acordaros siempre de sonreír y que por muy grande que sea el charco siempre hay una orilla por la que pasar.